lunes, 9 de septiembre de 2013

CROQUETAS DE JAMÓN SERRANO


Pocos platos me parecen tan sublimes como unas buenas croquetas. No sé a quién se le ocurrió, pero me quito el sombrero ante quien fuera. Lo que no entiendo es que en tan pocos restaurantes o bares sean capaces de servirlas como merecen.
 

 
Ingredientes:
Para la masa:
3 Cucharadas de harina
25 gr. Mantequilla
2 Cucharadas de aceite de oliva virgen extra
½ l. Leche
100 gr. Jamón serrano picado fino
Una pizca de nuez moscada recién molida
Sal

Para el rebozado:
Huevo
Harina
Pan rallado 

Aceite de oliva virgen extra  (para freír) 

Preparación:
En un cazo hondo se pone a fundir la mantequilla con el aceite de oliva. Una vez derretida, se añade poco a poco la harina para que vaya ligando con la grasa. Se deja cocer unos segundos y se vierte lentamente la leche fría, sin dejar de remover con una varilla. Se agrega la sal y la nuez  moscada y se mantiene  la bechamel a fuego lento sin dejar de mover. Estará en su punto cuando empiece a espesar y a separarse de las paredes y del fondo del cazo. Entonces, se incorpora el jamón. Se rectifica de sal y nuez moscada y se pone en una fuente o recipiente un poco hondos.
Una vez ha atemperado, se mete en el frigorífico un mínimo de tres horas.
Tras reposar en la nevera, se procede a darles forma a las croquetas. Para ello, con la ayuda de un cuchillo, se divide la masa en tiras. 
 Sobre una superficie enharinada, se pone una tira de masa y se hace rodar sobre la encimera como un rodillo. Se corta en  porciones del tamaño del que queramos las croquetas y se pasan por harina, huevo batido y pan rallado. Se fríen en abundante aceite de oliva caliente. Se pasan a un plato con papel de cocina para que absorba la grasa sobrante, y se degustan frías, templadas o calientes, como se prefiera.

Consejos:
Para que las croquetas salgan ricas, la paciencia a la hora de hacer la bechamel es fundamental.
Con las cantidades que sugiero, salen unas 18 de tamaño mediano. Por supuesto, si se quiere hacer más, basta con adaptar dichas cantidades. Lo fundamental, para mí, es disponer de un cazo apropiado y una varilla.  
La forma de hacerlas también es opcional. La que me resulta más fácil es la que  indico en la receta, porque, además, salen muy bonitas y del mismo tamaño. Pero si se prefiere, se  pueden usar las dos cucharas de toda la vida o una manga pastelera.
Por supuesto, el jamón serrano se puede sustituir por cualquier otro ingrediente. Cuando me sobra pollo o el  jamón cocido amenaza con secarse, los aprovecho para hacer unas ricas croquetas. 
El momento de freírlas también es muy importante, ya que puede estropearlas que el aceite no tenga la temperatura adecuada o se echen muchas de una vez.
Otra de las cosas que me gusta hacer, es tenerlas en el frigorífico un ratito antes de freírlas. El frio de la nevera forma una costra en el rebozado que hace que no pierdan  la forma y salgan muy crujientes por fuera y muy blandas por dentro.

2 comentarios:

  1. Ummmm las croquetas!! Benditos bocaditos deliciosos...me encantan de cualquier cosa, me da igual, pero de jamón me pierden!! Bss

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  2. Como me gustan las croquetas de jamón serrano, son mis preferidas. Mis hijos se las comen que da gusto. Siempre hay que tener algunas en el congelador por si las moscas.... Un saludo.

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