lunes, 23 de febrero de 2015

TRICOLOR VEGETARIANO


 
Para compensar los excesos del fin de semana, recomiendo un plato ligero y sano a base de quínoa, brócoli y cebolla frita.  Si a alguien le parece demasiada penitencia vegetariana, debe probarlo antes y, en todo caso, siempre le queda la posibilidad de flagelarse el corazón con un buen chuletón.
 

Ingredientes:

1 Taza de quínoa

½ Cebolla morada picada

Hierbabuena fresca

Zumo de limón

Aceite de oliva virgen extra

Sal

Pimienta recién molida

1 Brócoli

1 Tarro de cebolla frita (preferiblemente ecológica)

 
Preparación:
 

El primer paso es cocer la quínoa tal y como indica el fabricante. Suele estar lista en unos 15 minutos, pero depende del tipo de grano, por lo que siempre es aconsejable seguir las instrucciones del paquete e ir probando la consistencia para que  no se pase.

Mientras tanto, se lavan los ramilletes de brócoli y se cuecen en abundante agua salada. Una vez que se pincha el tallo y está tierno, estará en su punto. Se reserva al calor y se aliña con un toque de pimienta y aceite de oliva.

Cuando la quínoa está hervida, se pasa a un bol donde la condimentamos con la media cebolla picada fina, el zumo de limón, sal y unas cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Por último, se añaden unas hojas de hierbabuena fresca.

Para montar el plato, se pueden mezclar el tabulé de quínoa, el brócoli y la cebolla frita en forma de ensalada o colocarlos como en la foto.

 
Consejos:

La quínoa permite múltiples variaciones, en caliente, en frio, en forma de tabulé (como este caso) en sopa, o cocinada como si se tratara de arroz. Sus muchas virtudes son ensalzadas a menudo por cocineros y nutricionistas, si bien, el aumento de la demanda puede provocar una irrupción en el mercado de quínoa que no tiene la calidad necesaria. Por eso mi consejo es adquirirla en establecimientos de confianza. Otra advertencia es el precio, ya que a diferencia del cuscús, la quínoa es un producto caro.  

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