jueves, 11 de junio de 2015

CROQUETAS DE GAMBAS


 
De esta receta, lo que puedo decir es que están tan ricas,  que siempre las he comido calientes, ya que, ni una vez que las preparo, sobra como para comprobar si frías están igualmente buenas. Por algo será….

 Ingredientes: 

Para rehogar las gambas:
1 Cebolla o cebolleta grande
300 gr. Gambas
4 Cucharadas aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta recién molida 

Para la bechamel:
½ l.  Leche
25 gr. Mantequilla
3 Cucharadas harina
2 Cucharadas aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta recién molida
Nuez moscada 

Para rebozar:
Harina
Huevo
Pan rallado 

Para freír:
Aceite de oliva virgen extra
 
 
Preparación:
Comenzamos pelando las gambas y troceándolas. Se reservan con sal hasta el momento de usarlas.
Se ponen las cuatro cucharadas de aceite en un sartén mediana y se rehoga la cebolla rallada. Una vez empieza a dorarse, se añaden las gambas y se espolvorea con pimienta negra recién molida. En cuanto comienzan a blanquear, se apaga el fuego.
El paso siguiente es hacer la bechamel del modo tradicional. En un cazo hondo se pone a fundir la mantequilla con el aceite de oliva. Una vez derretida, se añade poco a poco la harina para que vaya ligando con la grasa. Se deja cocer unos segundos y se vierte lentamente la leche fría, sin dejar de remover con una varilla. Se agregan la sal y la nuez  moscada y se mantiene  la bechamel a fuego lento. Estará en su punto cuando empiece a espesar y a separarse de las paredes y del fondo del recipiente.
A continuación, se echan las gambas con la cebolla y se mezcla todo bien, dejando cocinar unos minutos más hasta que la masa vuelve a adquirir la consistencia necesaria para obtener unas croquetas cremosas.
Se pasa a una fuente y, una vez fría, se guarda en el frigorífico un mínimo de tres horas.
Tras reposar en la nevera, se procede a darles forma a las croquetas. La técnica de las dos cucharas está muy bien, pero para conseguir que sean todas iguales, lo mejor es hacerlas sobre la encimera, bien dividiendo la masa con un cuchillo o con una manga pastelera.   
Sobre una superficie enharinada, se pone una tira de masa  y se corta en  porciones del tamaño del que queramos las croquetas. Se pasan por harina, huevo batido y pan rallado y se terminan de moldear antes de freírlas en abundante aceite de oliva caliente. Se depositan en un plato con papel de cocina para que absorba la grasa sobrante y se sirven.
 
Consejos: 

Con las cantidades que he propuesto, salen unas veinte croquetas de tamaño mediano. Así, que te sugiero que calcules el número de croquetas por comensal, en función del apetito de tu familia o amigos.
A la bechamel, yo no le añado caldo resultante de reducir las cabezas y cáscaras de las gambas, pero hay personas a las que les gusta darles este toque de sabor. Personalmente, prefiero dárselo equilibrando la cantidad de gambas y de crema, es decir, más gamba en cada croqueta. También es cierto, que al margen de salir menos económico, es más difícil hacerlas uniformes, pero se consigue con un poco de paciencia.
Sobre la cebolla, prefiero rallarla a picarla, ya que así no se  distingue en la masa. Si  bien, al pocharla empapa un poco más aceite que simplemente cortada.
En cuanto a las gambas, mejor comprarlas enteras y pelarlas justo antes de hacer las croquetas. Las que venden peladas, por lo general, no tienen mucha calidad. Se encuentran  gambas arroceras frescas a precios asequibles y para platos como éste van muy bien.
Asimismo, me gusta trocearlas para notarlas al comerlas, pero no deben  ser  trozos que impidan formar las croquetas.
El momento de freírlas también es muy importante, ya que puede estropearlas que el aceite no tenga la temperatura adecuada o que se echen muchas de una vez.
Otra de las cosas que me gusta hacer, es tenerlas en el frigorífico hasta prácticamente el momento de freírlas. El frio de la nevera forma una costra en el rebozado que hace que no pierdan  la forma y salgan muy crujientes por fuera y muy blandas por dentro.

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